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lunes, 1 de abril de 2019

TRES HISTORIAS SOBRE UTOPÍAS


<<La utopía deja de serlo cuando creemos en ella>>.
De mi libro “La voz blanca”, aforismos, reflexiones y poemas de la naturaleza y místicos.

Con todo mi amor, os dedico, estos microrrelatos inéditos que invitan a la reflexión y a creer en las utopías. La historia nos ha demostrado que lo que en principio es utopía, luego acaba siendo una realidad.


¡Hola a tod@s! 

Ya está aquí abril y con él, además de las Pascuas y las elecciones, las ferias, las tertulias, presentaciones y un sinfín más de actos en torno al protagonista indiscutible del mes en el mundo cultural: EL LIBRO.

Y por ello, he querido regalaros unos microrrelatos inéditos que he recogido en el artículo mensual y he titulado "TRES HISTORIAS SOBRE UTOPÍAS". Publicado, como viene siendo habitual, en las revistas y periódico:  "Tú mismo" -papel y digital-, "Así es Buñol" -papel- y "Hoy un click". 

Espero que os gusten y los compartáis.

¡Y os deseo un felicísimo mes de abril y que no os perdáis ningún acto que esté a vuestro alcance!



Nueva Consciencia
Opinión                                                                     
por Emi Zanón

TRES HISTORIAS SOBRE UTOPÍAS
<<La utopía deja de serlo cuando creemos en ella>>.
De mi libro “La voz blanca”, aforismos, reflexiones y poemas de la naturaleza y místicos.

I
<<No puedes ni imaginar de qué manera se pisoteaban y empujaban unos a otros mientras me lavaba las heridas en la Meta Sudans. Todos querían acercarse a mí. Tocarme. Pergeñar una gota de sudor, una gota de sangre, un hilo de mi lienzo… Rozar mi musculoso pecho, arrancarme uno de mis cabellos… Eso es lo que ocurre tras ganar en muchos encuentros; por luchar con valentía... ¡La fama! Pero la sangre les embrutece cada vez más, y no tienen suficiente. Quieren más y más sangre… <<¡iugula! ¡iugula! ¡iugula! >> Pedían a gritos que le degollara con mi espada. Como buen secutor fui ágil y veloz en mi golpe mortal y acabé con la vida de Cornelius antes incluso de que el César retirara su inquisidor pulgar.  El César les dio lo que querían. Ya no sirven los fingimientos, los viejos trucos de antaño, las vejigas de cerdo llenas de sangre ocultas entre nuestros lienzos… ¡Ahora quieren sangre real! Y la tienen… La tienen además con todos esos indefensos cristianos que empapan con su sangre la arena del Coliseo. No los llevan al Circo porque les teman. No. El poderoso Imperio no teme a unos pobres cristianos descalzos que hablan de un dios único, de un único camino, de igualdad, de amarse los unos a los otros… No, no. Los llevan por simple diversión, por entretenimiento, igual que a los condenados a muerte… Les gusta ver a las fieras hambrientas desgarrar y despedazar a sus fáciles presas… El Imperio se desmorona, lo sé. No hay moralidad.  No hay valores. Se acerca su fin. Que… ¿cómo puedo hablar así en unos momentos de máxima gloria del Imperio? Porque la fuerza se sostiene en los valores.  ¡Bien haría el César en temer la nueva fe emergente entre las gentes de su imperio! ¡Bien haría en temer a esos pobres cristianos…! ¡Son el nuevo Imperio! ¡¿Utópico, dices?! No, hermano. No. Tiempo al tiempo>>. 

El imperio romano no temió a los primeros cristianos descalzos.




II


<<El pueblo tiene hambre, Majestad. El pueblo tiene hambre, Majestad>>. Como si fuera una cotorra no cesaba de repetirme las mismas palabras. Le pedí que se callara salvo si no amaba lo suficiente su vida. Ya no le aguanto más. ¡Cretino! ¡Cómo se atreve a hablarme de ese modo! Diciéndome que los gastos de palacio superan en mucho los ingresos por tributos e impuestos. ¡Que las arcas están vacías! ¡Pues que suba los impuestos!... ¡Que despilfarramos! ¡Que los campesinos pagan ya las cuatro quintas partes de sus ingresos en impuestos al Estado, el Diezmo a la Iglesia y los derechos feudales al señor! ¡Que la burguesía reclama constantemente el acceso a puestos en la administración del Estado!... ¡Agg! ¡Estoy rodeado de incompetentes! ¡De cobardes! Dice que debería temer a la fuerza creciente de los campesinos. ¡¿Qué fuerza?! ¡¿Será utópico?!  Pero te lo advierto… te lo advierto, querida: la próxima vez que me venga con algo así lo mando a la guillotina. ¡Como que soy el Rey de Francia! ¿Qué…? ¿Qué es todo ese estrépito? ¿Lo oyes? ¡Viene de afuera! ¡Desgraciados harapientos: otra vez pidiendo! ¡Guardias! ¡Guardias, venid aquí! Echadles unos mendrugos de pan y que se vayan a sus casas. Despejad de inmediato los aledaños de palacio. ¡Y no quiero volverlos a ver por aquí! ¡¿Qué me decis?! ¡¿Que no hay forma de detenerlos?! ¡¿De controlarlos?! ¡Inútiles!

Los aristócratas franceses no se vieron venir la revolución.


III


<<El mercado de divisas ha caído en picado tras el hundimiento de la bolsa nipona, como consecuencia del terremoto y el tsunami, arrastrando al resto de mercados de Asia y América, y produciendo el efecto dominó en el resto de los países del mundo. Nos encontramos ante la mayor crisis económica mundial jamás vivida… Esta catástrofe ha sido la gota que ha colmado el vaso. El sistema capitalista, neoliberal, tiene sus días contados… ¿Se ríe usted?  ¿Dice usted que ello es imposible? ¿Acaso no creen que tenemos la capacidad de diseñar y establecer una sociedad igualitaria, en la que se respeten todas las ideas y a cada uno de los seres humanos? Aseguran ustedes que hay demasiados intereses creados; y es cierto: Sí, es cierto. Pero las utopías dejan de serlo cuando creemos en ellas. ¡Creamos, por favor, en un mundo mejor! Recordemos a Tomás Moro en su famosa obra “Utopía”: <<…Si hay abundancia de todas las cosas y no se teme que haya alguien que pida más de lo que necesita, sabiendo que no ha de carecer de nada, ¿quién pedirá más de lo necesario? Ciertamente, el temor a las privaciones es lo que hace codiciosos y rapaces a todos los seres vivientes; el hombre hace lo mismo por soberbia, porque le agrada vanagloriarse de superar a los demás en riquezas superfluas; pero esto no lo permiten las leyes en “Utopía”…>>.


El neocapitalismo se desmorona.



Con todo mi amor, os dedico, estos microrrelatos inéditos que invitan a la reflexión y a creer en las utopías. 


 “Conócete a ti mismo y conocerás el Universo”

Emi Zanón
Escritora y Comunicadora de la Nueva Consciencia



4 comentarios:

  1. No se si el tener lo suficiente acaba con la utopia,en la naturaleza humana,lamentablemente esta el afán de acaparar y hay quien ni con setenta vidas terminaría con lo que tiene y aun asi quiere mas.

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    1. La naturaleza humana es dual, y sí hay a quien le cuesta mucho, jeje... La evolución nos lleva a todos por el mismo camino hacia un único destino, sólo que cada uno lleva su propio ritmo. Antes o después, de cientos o miles de vidas, quizás, acabaremos llegando a ese destino: la unidad. ¡Feliz día!

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  2. Querida Emi, qué textos tan hermosos. A unas utopías deben serguirles otras, porque el horizonte cambia, las aspiraciones cambian... Gracias por este regalo. Un abrazo muy fuerte.

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    1. Muchas gracias, mi querida Isabel, por tus palabras!! Sí, siempre habrá utopías, y siempre llegará el momento en el que se hagan realidad... Todo es progresivo y no cesa nunca. Un abrazo de LUZ!!

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