¡Qué entrañable e inolvidable presentación en la Biblioteca de Buñol!
¡Muchísimas gracias, Beatriz, Francis Ruiz y tod@s los asistentes!
LA NIÑA QUE QUERÍA PASAR DESAPERCIDIBDA Libro de relatos publicado por NPQ, 2025
Estoy muy feliz y fue para mí un honor acompañar a mi querida Beatriz Rabasa en el nacimiento de su nueva criatura: La niña que quería pasar desapercibida, un libro de relatos cortos publicado por NPQ, uno de los sellos del grupo Editorial Sargantana, con quien también ha publicado el ensayo Esta educación es una ruina bajo el sello Brief. Como sabéis el grupo editorial Sargantana cuenta en la actualidad con nueve sellos editoriales con los que ha llegado además del territorio nacional a toda Latinoamérica. Beatriz y yo, somos, además de grandes amigas, miembros de la gran familia Sargantana.
Una criatura, que ha dedicado a su madre Carmen in memoriam, a esa niña valiente y abnegada, que te acompañó durante toda tu vida, dice. Una criatura que ha necesitado mucho tiempo, el necesario para que La niña que quería pasar desapercibida, madurara, creciera emocional e interiormente lo suficiente para mostrarse abiertamente tal cual es.
Todo en la Vida necesita su tiempo y su espacio. Cada cosa llega en el momento adecuado, en el momento que nuestra alma decide es el idóneo con arreglo a nuestro plan de vida.
La Tierra es una escuela donde venimos a aprender a manejarnos con las emociones y a desarrollar la interrelación con los demás y con todo lo que nos rodea. Hemos entrado en un nuevo período evolutivo y con ello un nuevo paradigma, un nuevo paradigma que nos hace conscientes de que nuestro equilibrio lo alcanzamos cuando abordamos la vida desde nuestros dos hemisferios cerebrales a la par: nuestro hemisferio izquierdo lógico, racional, masculino y nuestro hemisferio derecho, emocional, creativo, intuitivo femenino.
Con esta obra La niña que quería pasar desapercibida, que vio la Luz aquí en Buñol para llegar a ser vuestra obra, Beatriz ha hecho un ejercicio importante de equilibrio y de autenticidad, como apreciamos en su sincero y hermoso prólogo en el que nos cuenta lo que es para ella la creatividad, y el efecto terapéutico de la escritura.
Conocí a Beatriz hace más de dos lustros, cuando tuvo la gentileza de invitarme a presentar mi novela Yámana, Tierra del Fuego en el prestigioso Club de Lectura del ICAV, el más antiguo de España, que ella coordina desde hace muchos años. Un club maravilloso, con gente encantadora, cercana, culta, que, desde el primer momento, me acogió con mucho cariño. Desde entonces, cada vez que he tenido una novela nueva, Beatriz y los miembros del club me han acogido con los brazos abiertos.
Bien, pues, desde entonces, no solo Beatriz y yo nos hemos hecho muy buenas amigas, sino que no ha dejado de sorprenderme. Beatriz es ¡un CRACK!, y lo digo con mayúsculas. No conozco a nadie que tenga tanta predisposición y disposición al conocimiento, al saber y en definitiva a crecer como ser humano.
Una mujer con una capacidad de trabajo impresionante, una inteligencia extraordinaria, exigente, con un notable espíritu crítico, creativa y sobre todo amorosa; una mujer que se entrega a los demás y da lo mejor de ella misma. Una mujer comprometida con la cultura y la educación que, podemos decir, es todo un referente dentro del mundo jurídico y académico valenciano.
Resumiendo, una mujer encantadora, imprescindible en nuestro Siglo XXI. Gracias, mi querida Beatriz, por estar en mi camino.
Para que la conozcáis un poco mejor, Beatriz además de licenciada en matemáticas y ejercer como catedrática de secundaria en un instituto de Valencia, colabora en la Universidad de Valencia en el Master de Formación del Profesorado de Secundaria, es abogada y mediadora familiar, civil y escolar. Ha publicado numerosos artículos y ensayos, destacando los libros El profesor quemado: el síndrome burnout; Cómo dar clase sin quemarse, y el más reciente que he mencionado: Esta educación es una ruina. En su primer libro de relatos de ficción El teléfono, llamadas inquietantes, describe cómo el uso de las nuevas tecnologías puede perjudicar nuestras relaciones sociales.
En este, su segundo libro de ficción, titulado La niña que quería pasar desapercibida, es una colección de 12 relatos de una extensión media, algunos superan las 40 páginas, que le permiten a la autora, a diferencia del relato corto más conciso, intenso y centrado, desarrollar una mayor profundidad en la trama y en el desarrollo de los personajes, sin llegar a la complejidad de una novela (aunque creo que Beatriz, tras esta experiencia puede que se lance muy pronto a la novela).
Se presenta con una portada magnífica, muy atractiva, que invita a recogerse, a leer, que te pone en antecedentes de que nos esperan pequeñas grandes historias, con una miscelánea de personajes y escenarios ficticios pero que según nos cuenta la autora, fueron reales y se niegan a desaparecer y que nos provocan emociones y sentimientos tan conmovedores que difícilmente se podrán olvidar sus historias.
Historias muy bien contadas, con una pluma ágil e intensa, con una fuerte crítica social, que remueven conciencias y te llevan sin remedio a empatizar y a compartir con sus protagonistas sus temores y anhelos, sus inquietudes y sus pequeñas victorias. Relatos que, a pesar de todos los serios problemas que abordan: la soledad, la pobreza, el bullying, la homosexualidad… entre otros, late en ellos un soplo de esperanza.
Profundidad e intensidad, desde lo cotidiano, este libro es un viaje por la invisibilidad, la introspección y la resiliencia. Una invitación a mirar más allá de lo evidente y descubrir lo extraordinario en lo más discreto.
A recordar que incluso quien desea no ser visto, tiene una historia que merece ser contada.
¡¡Enhorabuena, mi querida Beatriz!! Estoy segura que este libro te va a dar o te está dando muchas alegrías y satisfacciones. Te deseo muchos éxitos y que sigas tan comprometida con tu valiosa aportación a un mundo mejor.