¡Qué felicidad y agradecimiento tan grande siento tras la amorosa acogida de los macastreros el pasado viernes, en un entorno hermoso y entrañable, respirando paz, y la genial presentación que Jaime Millás, reconocido escritor, periodista y gestor cultural, hizo de "La hierba azul de Calíope" y, como regalo, de "Yámana, Tierra del Fuego".
Jaime Millás, Emi y Vicente Montó |
Lo pasamos fenomenal y me emocionaron las palabras de mi querido Vicente Montó, Alcalde de la localidad, al decir que lo más bonito que podían hacer para inaugurar el "Verano Cultural" era hacerlo con el disfrute de mi compañía.
¡Qué querida me siento y cuánto disfruté de reencontrarme con familiares y amigos después de tanto tiempo!
Mi felicitación a tod@s los macastreros por tener al frente de su comunidad a gente de la talla profesional y humana de Vicente Montó, Guillermo Valls (que por motivos de trabajo no pudo estar presente), Jaime Millás, Julio Plá, María José Casero, entre otros.
Y especialmente, mi felicitación y agradecimiento a los asistentes: amantes de la lectura, por su apoyo a la cultura en estos momentos tan difíciles pero trascendentes para nuestra Humanidad.
Os deseo todo lo mejor y que viváis el presente con confianza, sabiendo que todo pasará y que además saldremos fortalecidos como especie.
Gracias de nuevo, Vicente, Jaime, Guillermo, Julio... por esta hermosa oportunidad, vuestro apoyo y la exquisita cena en "El Patio" con las velas, las estrellas y el castillo iluminado al fondo... ¡Qué lujo y qué honor teneros como amigos! Y mi enhorabuena por el variado y exquisito programa cultural que habéis preparado hasta septiembre.
¡Un abrazo de Luz enorme y feliz verano!
Os dejo aquí, algunas fotos para el recuerdo y el texto de la exquisita presentación que hizo Jaime Millás, acompañándola de la lectura de diversos pasajes de las dos novelas.
LA HIERBA AZUL DE
CALIOPE, DE EMI ZANÓN
24 julio 2020
<<Creo que la escritora de
la que vamos a hablar esta noche es una comunicadora nata que ha encontrado en
la literatura una manera de dar a conocer su punto de vista ante la vida, una
plataforma cultural para mostrar su actitud profunda y analítica de aproximarse
al mundo actual. Desde hace unos años escribe en medios de información,
interviene en la radio comarcal de La Hoya de Buñol, publica libros y relatos,
compite en premios literarios con buenos resultados.
Según me comentaba hace
unos días decidió entrar en el mundo de la literatura por la necesidad que
tenía de compartir y comunicar a los demás las cosas que le inquietaban y le
siguen inquietando. Por esta razón en su estilo literario encontramos una
fusión de su excelente capacidad para contar historias con la necesidad de
difundir las explicaciones que, en su opinión, dan peso a la vida y al
desarrollo personal y social.
El libro que hoy
presentamos es una novela de jóvenes escrita por una narradora, que a su vez es
madre de una joven, que en su propuesta literaria intenta incorporar a la
manera actual que tienen los adolescentes de enfrentarse a la vida, un conjunto
de nuevos valores y reflexiones cada vez más necesarios en estos tiempos de
crisis y de pandemia. La voluntad cultural de la autora transforma este relato,
que en apariencia describe tramas y aventuras de una juventud de 2020, en un viaje
de iniciación a una manera de pensar alternativa a la cultura banal,
instantánea y ligera de hoy en día que los jóvenes comparten a través de las
redes sociales. Yo creo que la preocupación literaria de Emi Zanón en el libro
que presentamos ha sido agregar reflexión, finalidad y profundidad espiritual,
a un texto narrativo que reconstruye la vida cotidiana de unos estudiantes.
En la novela en un
momento determinado se explica por qué se identifica en la portada su contenido
con el nombre tan sugerente y extraños de “La hierba azul de Calíope”. Yo no
voy a transmitiros o leeros las palabras textuales que aparecen en sus páginas,
porque así os animo a que compréis el libro y descubráis la argumentación de la
escritora. Pero sí que voy a daros mi explicación, que surge de las buenas
sensaciones que me ha producido su lectura.
La hierba siempre es la
base de cualquier foto, pintura o composición visual que pretenda representar
una imagen de las tierras de interior, de los paisajes de tierra adentro. La
base, el plano inferior de esa composición visual, corresponde al mundo
vegetal, a la hierba verde, y el plano medio y el plano superior del cuadro se
identifican habitualmente con el marrón de las montañas y el azul del cielo.
Esto no es así cuando
contemplamos o reproducimos el mar, imagen donde el azul del océano, cuando las
aguas están limpias, se fusiona con el azul del cielo.
En esta novela lo
convencional no nos sirve: la hierba no es verde sino azul. El relato no quiere
quedarse a ras de suelo, no quiere ejercer simplemente de reproducción de lo
real, sino que pretende que la acción y sus personajes emprendan un vuelo hacia
el azul del cielo para contemplar sus vidas desde lo alto, y llenarlas de la
trascendencia y aspiración de armonía y amor que todo ser humano busca y puede
generar en su existencia, según la autora del libro.
Además para remontar el
vuelo y subir a esas alturas de la razón filosófica y de los sueños y la
imaginación contamos con la fuente de inspiración de Calíope, diosa de la
elocuencia y de la poesía épica, una de las nueve musas que animaron el arte y
la cultura en la Grecia clásica.
Olivia y Cristina son dos
adolescentes, compañeras de estudios medios, que lo comparten todo, hasta que
entra en juego David y los deseos de enamorarse de Olivia resultan
incompatibles con la rivalidad que surge entre las amigas. Hay otros personajes
a reseñar en la trama como son Toni, un fotógrafo artístico que impulsa a
Olivia en sus aspiraciones profesionales de futuro, y Arantxa, otra compañera
de instituto propietaria de un diario cuya lectura cambiara la percepción de la
realidad y de sí misma que Olivia tenía hasta entonces.
Yo creo que Emi Zanón
demuestra capacidad para construir unos buenos relatos, para administrar unas
tramas literarias con sus giros inesperados que animan a seguir leyendo. Pero,
al menos en este caso, la aparición de ese diario, que en realidad es un manual
filosófico sobre cómo poder vivir en plenitud y conectado con la parte más
espiritual de la existencia, hace que la narradora se transforme en una
apasionada filósofa que anima a los jóvenes a encontrar el sentido de sus actos
y a plantear elecciones vitales más allá de las meras apariencias y
convenciones que ofrece lo cotidiano. Desde mi punto de vista en Emi confluyen
la pasión de la escritora con la responsabilidad de la pensadora, que todo lo
que toca literariamente quiere transformarlo en materia de análisis más
trascendental.
Esto que digo es fácil de
comprobar si compaginamos la lectura de “La hierba azul de Calíope” con su novela anterior “Yàmana, tierra de
fuego”, donde los argumentos antropológicos y filosóficos se reparten entre
todos los personajes de la narración y en especial se desarrollan ampliamente en
su principal protagonista.
En esta novela editada
por Sargantana, que también es mi cuño editorial, Emi Zanón construye literariamente
la vida de un antropólogo inspirada en la biografía y el pensamiento de un misionero
y antropólogo polaco, Martin Gusinde, que murió en 1968 en Austria después de
haber conocido infinidad de pueblos primitivos y culturas ancestrales en Africa
y América del Sur. En esta novela Emi Zanón encuentra y descubre las lecciones
de vida en la tradición, los mitos y las leyendas de una tribu de la tierra de
fuego, situadas allá donde las Américas pierden su nombre para entrar en las
tierras del frio. Luego, en la segunda parte de la novela, ese personaje, un
auténtico explorador e investigador que busca nuestros orígenes en pueblos
primitivos, será merecedor del Premio Nobel de la Paz y cuando va a recibir el
reconocido galardón expresa palabras y reflexiones muy parecidas al diario que
Olivia encuentra por casualidad en una taquilla de su escuela.
Voy a terminar recordando
otras referencias destacadas en la biografía literaria de nuestra escritora.
Empezó en la década del
2000 publicando un libro de pequeños relatos “Metacuentos”, formato narrativo
que completó en 2010 con el volumen “Dayal, miradas al interior” y dos años
después con el libro de aforismos, reflexiones y poemas “La voz blanca”.
Su capacidad literaria
expresada en el formato de novela convencional la ha demostrado en el ya citado
“Yámana, tierra del fuego” y en el título “Su último viaje”, un texto del año
2009 en el que recrea una historia de amor localizada en la sociedad del siglo
XVII. Este texto quedó finalista en el acreditado premio Fernando Lara.
Ahora, en pocas semanas,
tendremos oportunidad de conocer otra novela, prevista su salida al mercado para
el mes de septiembre en el cuño editorial Sargantana. Se trata de “Las cinco
estaciones de Vivaldi”, que antes de llegar a la imprenta de esta editorial
valenciana pasó por las manos del jurado del premio Felipe Trigo, quedando como
finalista.
Esperemos conocer pronto
la capacidad de fabulación y las reflexiones de Emi Zanón que proyecta en esta
nueva novela, porque regalar al ciclo de la vida humana una nueva estación, más
allá de los conocidos verano, otoño, invierno y primavera, es todo un reto.
Pero es lo que pretende
Emi Zanón en sus textos: abrirnos las nuevas perspectivas que se esconden
detrás de las apariencias y convenciones. Porque para Emi la hierba no es verde
sino azul>>.
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