Ayer tuvimos el placer de disfrutar y enriquecernos con la compañía de María García Lliberós, novelista valenciana, autora de la novela"Babas de Caracol" de Plataforma Editorial (2006 - reedición en 2014) que este mes ha elegido el Club.
En primer lugar, la felicito, escribe muy bien y ello ya lo pude comprobar cuando leí su última novela "Lucía o la fragilidad de las fuertes" (Plataforma Editorial), aunque, debo decir que con "Babas de Caracol" es donde la he podido ver más en profundidad como autora y personalmente.
Al leer la novela no lo he hecho tanto como lectora, sino, como creo que es inevitable en mi caso, como escritora. Y ello me ha permitido entender y conocer a María mejor a través de sus personajes, pues cuando escribimos, volcamos en las páginas, no solo nuestra imaginación, nuestra inspiración, nuestra fantasía, sino todo lo que somos: nuestras experiencias vitales, nuestro conocimiento, nuestra subjetividad... en definitiva, nuestra visión del mundo.
Y, en concreto, he podido ver a la autora en su alter ego, el escritor Pedro Ribera, al que entiendo perfectamente pues la literatura es un arte y a la inspiración no se le puede dar órdenes, como muy bien decía el genial Bethoveen.
Pedro Ribera, escritor de éxito y uno de los dos protagonistas de la novela, es un personaje muy bien llevado, inteligente, con una capacidad de observación magnífica, un buen conocimiento de la conducta humana y con una consciencia lo suficientemente amplia para entender el mensaje que la Vida le está ofreciendo a través de la historia de Berta Astomi, la otra protagonista. Esto último, ha sido para mí, lo mejor de la novela. Pues la Vida nos habla constantemente, nos ofrece siempre aquello que estamos necesitando -lo único que a veces no nos damos cuenta de ello- y a Pedro Ribera la Vida le habla en una etapa de su vida en la que ha tocado fondo, está en un pozo sin salida: una ruptura sentimental y una ausencia de creatividad que le pesa como una losa. Afortunadamente, como he dicho, Pedro escucha a la Vida.
También, como escritora, he admirado lo bien llevada y entrelazadas que están las dos historias: el presente de Pedro Ribera, y el pasado de Berta Astomi; su coherencia, precisión, rico vocabulario y la gracia con la que en apenas unas leves pinceladas María traza un arco temporal de nada menos que un siglo.
Independientemente de la historia, lo que más me interesa cuando leo un libro, es el mensaje que recibo, lo que me ha hecho sentir. Y con Berta Astomi, a pesar de todo lo que se dice de ella de mala, malísima, amargada, rencorosa... yo he sentido mucha compasión desde el momento que la autora escribe que Berta es rechazada por su padre al nacer por no haber sido un varón. Compasión extensiva a sus dos hijos, y más en especial al hijo pequeño, Salvador.
Por lo demás es una novela social, sencilla, ágil, entretenida y de interés general para todo aquel lector que tenga curiosidad e inquietudes por conocer un poco más el Siglo XX desde un punto de vista no académico, y de especial interés para la mujer para tomar consciencia de los grandes pasos que hemos dado -aunque queda todavía trayecto por recorrer- en cuestión de igualdad con el hombre en las últimas tres décadas de nuestra sociedad occidental y, más concretamente, en España.
¡Enhorabuena a María! Le deseo muchos éxitos.
SINOPSIS:
<<Pedro Ribera, un escritor de éxito, recibe la llamada de un notario. Una desconocida, Berta Astomi, acaba de dejarle en herencia una cuantiosa suma de dinero. Pero hay una condición: deberá escribir una novela inspirada en la biografía de Berta en un plazo limitado. En sus indagaciones, el escritor no tardará en averiguar que su misteriosa testadora fue una mujer apasionada y orgullosa, víctima de una calumnia y consumida por un deseo desesperado de justicia>>.