En estos tiempos, el "valor de la lentitud" está en alza, o mejor, diría, empezamos a conceder a la lentitud el valor que se merece no solo porque sea una actitud que favorece enormemente nuestra salud y que una mayoría ignora, sino por la conveniencia y necesidad de contrarrestar, en parte al menos, todo el estrés al que nos tiene sometido esta sociedad de consumo (solo hay que ver algunos programas culinarios que emiten por TV: ¡Estrés hasta en la cocina!).
Aquí transcribo y os dejo, el enlace al artículo que escribí para la Revista "Tú mismo" de este mes de octubre. Espero os guste y que empecéis a considerar "la lentitud" como uno de los grandes valores, que lo será, sin duda, en las próximas décadas.
¡Feliz octubre!
De mi reciente viaje a Polinesia. ¡Otro mundo! |
http://www.tu-mismo.es/articulos/interiores/gestiona-tu-estres
Nueva Consciencia
Opinión
por Emi
Zanón
GESTIONA TU ESTRÉS
<<Si
tú mejoras, mejora el mundo>>
<<…Acercándola
a la Tierra ,
como con una lupa, le mostró entonces la ciudad de Nueva York. Margarita Elena estaba asombrada. Le pareció,
desde lo alto, un gran hormiguero lleno de pequeñas hormigas que se movían a
gran velocidad. <<Esta ciudad es el mayor exponente de la civilización
actual en Occidente. Aquí conviven en paz gentes de todas las partes del mundo,
de todas las culturas y colores. Esos gigantescos edificios que ves –o casas
para ti- desafiantes, son evidencias del poder del hombre sobre la Tierra. Pretenden
tocar el cielo. Unir cielo y tierra. Sin embargo, no es de esa manera como lo
conseguirán>>, rio, entonces, el hermoso ser, que calló por un momento.
Observó
Margarita Elena, con más detalle, a la gente. Gente de diversas razas y
culturas andaban rápidamente y se cruzaban sin saludarse. Enmudecidos y
absortos en sus propios pensamientos y con sus miradas al frente o puestas en
algunos papeles de gran tamaño que llevaban entre sus manos.
<<Periódicos, se llaman, y en ellos se detallan las noticias más
importantes del día>>, le apuntó él.
Le llamó la atención, también, su forma de vestir: algunos casi
desnudos, otros abrigados, con los cabellos multicolores y de cortes muy
variados. Era, realmente, asombrosa
tanta diversidad; pero todavía más asombroso para ella eran esas
prisas. <<¿Por qué corren? ¿Por qué
andan tan deprisa? –quiso saber- Eso se llama estrés, es el gran verdugo de la
sociedad aparentemente desarrollada, que se cobra muchas vidas cada día junto a
otros verdugos como el desarraigo, la insatisfacción, la soledad, la depresión,
los suicidios y la violencia. Viven acelerados sin saber ciertamente hacia
dónde van. Las gentes trabajan y
dedican casi todo su tiempo a ello. Pero no siempre es por necesidad, es porque
se han proyectado tanto hacia fuera, hacia el exterior, que no saben, la
mayoría, llevar una vida tranquila y de interiorización. Viven en la cultura
del “progreso” material ilimitado y del consumo. En realidad, un espejismo que
les lleva hacia una degradación progresiva de las condiciones de vida y,
dramáticamente, hacia la autodestrucción. Con tanta tecnología han desarrollado
su hemisferio izquierdo, lógico y matemático, pero han descuidado su otra
mitad. Han descuidado su sentir, se han ido alejando de su intuición, de su
interrelación con el entorno y con los reinos de la naturaleza y el cosmos. Y
en definitiva, de su esencia, de su espíritu.>>.
De
la novela “Su último viaje” de Emi Zanón, Finalista del XII Premio Fernando Lara, Parte
III “En la Luz”.
Para
una dama del Siglo XVII, como la protagonista de esta novela, el estrés de
nuestro tiempo era algo desconocido e inexistente. Como quizá también llegue a
ser una mera anécdota para las generaciones futuras como apunta la doctora Pilar Sepau, especializada en dietética
(en una entrevista en el Magazine del pasado julio), pues se consolidará el valor de la lentitud y no se comprenderá que no se
sepa gestionar.
El
estrés, esa respuesta innata de nuestro cuerpo para responder a aquello que nos
hace perder el equilibrio, a diferencia de los animales, se activa no solamente
ante situaciones de lucha o de huida, sino también ante las emociones y los
pensamientos, pues la mayoría de las veces es suficiente un simple pensamiento
para activar la respuesta de lucha o huida, como ya sabemos. Cuando activamos
con demasiada frecuenta esta respuesta y no podemos desactivarla entonces
comenzamos a vivir con altos niveles de tensión física, mental y emocional que
poco a poco va mermando las defensas del cuerpo y originando prácticamente el
80% de todas las enfermedades: nerviosas, cardiovasculares, orgánicas,
psicológicas (la sobreproducción de hormonas del estrés genera ira, miedo,
envidia, odio, frustración, ansiedad, sufrimiento, tristeza, depresión…), etc.
Uno
de nuestros grandes retos en estos momentos evolutivos es dejar de vivir en el
estado de supervivencia al que este modelo de sociedad consumista y capitalista
nos ha llevado, para empezar a vivir en armonía con uno mismo y con el entorno,
y el primer paso es empezar a conocerte
mejor, a conocer tus emociones, tus pensamientos y a sanar aquellos que no te
benefician y para ello tienes infinidad de prácticas que te pueden ayudar además
a gestionar y controlar tu nivel de estrés. Yoga, meditación, reiki, bioenegértica,
kinesiología, son algunos caminos. No obstante, el más importante de todos es
la voluntad. Sí, la voluntad de comprometerte, de responsabilizarte de tu vida,
de querer mejorar y pasar a la acción. Recuerda: Tú eres el artífice de tu
vida. Y si tú mejoras, mejora el mundo.
“Conócete a ti mismo y
conocerás el Universo”
Emi Zanón
Escritora y Comunicadora de la Nueva Consciencia
www.emizanon.galeon.com