Desde lo más profundo de mi Ser,
os deseo a tod@s mis lectores, seguidores y amigos de este blog y redes sociales,
una
¡Feliz Navidad y un 2020 cargado de bendiciones
y Paz en todos los lugares de la Tierra!
Y tengo el gusto de regalaros con todo mi amor este relato inédito que he titulado:
¡Feliz Navidad y un 2020 cargado de bendiciones
y Paz en todos los lugares de la Tierra!
Y tengo el gusto de regalaros con todo mi amor este relato inédito que he titulado:
URUS (URO)
"Recuerdos del (posible) futuro"
Relato publicado, como todos mis artículos mensuales, en las revistas: "Tú mismo", "Así es Buñol" (ambas en papel y digital) y en "Hoy un click" y "Proyecto Metamorfosis - La palabra cambia el mundo" (digital). Os dejo enlaces aquí:
https://tu-mismo.es/articulos/interiores/1581-encuentro-con-urus
https://tu-mismo.es/revista/1591-144-diciembre-2019
https://issuu.com/asiesbunyol/docs/asiesbunyol_n59
http://metamorfosisproyect.com/el-respeto-a-los-animales
http://metamorfosisproyect.com/
Opinión
por Emi
Zanón
URUS (URO)
"Recuerdos del (posible) futuro"
"Recuerdos del (posible) futuro"
<<La no violencia lleva a la más alta ética, lo cual es la
meta de la evolución. Hasta que no cesemos de dañar a otros seres vivos, somos
aún salvajes>>.
Thomas
Edison
Uro, además de
ser el nombre de los habitantes indígenas del lago Titicaca, también es el
nombre de un bóvido salvaje muy parecido al toro y muy abundante en la Europa
Central, que se extinguió en el Siglo XVII. Una fotografía de este animal, me
inspiró el siguiente relato corto inédito que, con todo mi Amor, tengo el gusto
de regalaros en estas Navidades. Espero que os guste y que contribuya, aunque
sea minúsculamente, a la creación de una mayor conciencia de respeto al reino
animal, como reino compañero en el proceso de la vida y la evolución en nuestro
precioso Planeta Azul.
<<¡Qué
estampa! Longilíneo, vientre agalgado, gran altura a la cruz, extremidades
largas,
cola
fina con borlón poblado, pelo negro y brillante… ¡Qué hermosura!
El porte
regio como su padre. La mirada viva y altiva, como todos los especímenes de su
encaste, le confiere un aspecto fiero, bravo… Diez mil años de evolución y
sabiduría acumulados en cada uno de sus genes, en cada uno de sus seiscientos
kilos de peso; en su largo y musculado
cuello, flexible y ágil; en su discreta papada perdida bajo su cabeza alargada
de ancha frente y morro, que sostiene con orgullo una potente y considerable
cornamenta acaramelada con astas gruesas en su mazorca.
Urus es
sabedor de su suerte. Del privilegio que supone haber nacido en uno de los
mejores cortijos de La Alpujarra: de pertenecer a una de las ganaderías más
prestigiosas del mundo. El aire puro y fresco, que se respira en los más de mil
metros de altitud, renueva su sangre y su brío cada mañana cuando, desde la
loma más alta de la finca -si los cielos
claros se lo permiten- divisa el mar y las montañas de África. La calidad de
sus pastos… La belleza del monte salvaje, rebosante de encinas y plantas
aromáticas que, en una sutil transición, pasa al más clásico vergel nazarí
cuanto más se aproxima al viejo cortijo de piedra y madera. Sí. Lo sabe. Sabe
de su suerte.
El amplio
y panorámico campo visual, que le otorgan sus alargadas pupilas, le permite ver
con claridad, desde lo alto de la loma, al joven que se ha recostado en la
hierba bajo la sombra de una acacia centenaria, situada frente al portalón que
cierra el gran patio central del cortijo. Urus le observa mientras el
resplandeciente sol a sus espaldas le dota de un halo de divinidad que recuerda
a sus ancestros cuando eran venerados como dioses sagrados.
El joven,
con cierta lentitud y sosiego, se descubre la cabeza y deja su sombrero de
fieltro marrón a un lado. Con moderación en sus gestos se saca la camisa rojo
bermellón del pantalón y se desabrocha los primeros botones. Afloja también la
correa de cuero que le sujeta los jeans a la cintura. El calor empieza a ser
acuciante. Respira con brevedad. Por su rictus, parece exhausto. Debe haberse
dado una buena paliza trabajando en las cuadras. Por su lado, van y vienen
gallinas y algún que otro pato.
Urus,
mientras tanto, se inquieta. Empieza a moverse. Primero, ladea la cabeza
repetidas veces. Luego, mueve la cola con su esplendoroso borlón y, con la
pezuña de su pata derecha delantera, empieza a horadar la tierra con ímpetu.
Fija la mirada momentáneamente en el joven mientras por su ancha nariz sale
toda su fiereza en un resoplido, y un rayo de sol resbala sobre la arista de su
cornamenta, proyectando un ángulo perfecto con su objetivo: el joven.
Con un
último impulso sale corriendo en dirección hacia él. Desciende la loma con
vehemencia y brío. El joven, en uno de sus movimientos, lo percibe cuando
apenas está ya a unos pocos metros de él. Se sobresalta. Se medio incorpora…
Pero es tarde… Urus ya está frente a él…
-¡Jodeeer!
–exclama-. ¡Qué susto me has pegado, Urus! No te había visto cuando he llegado.
Urus
empieza a saltar sobre sus patas traseras. Sus fuertes corvejones le permiten
flexionarlas y extenderlas con rapidez y poderío. ¡Está tan contento, tan feliz
de ver al joven…!
El
joven empieza a reír a carcajadas cuando Urus le acaricia repetidamente el
abdomen descubierto con sus cuernos suaves de color caramelo. ¡Qué grandes
momentos! Entonces, el joven, sentado sobre sus rodillas, le coge la cabeza con
ambas manos, se la acaricia y, en un gesto amoroso, apoya su mejilla sobre la
suave piel de Urus…
Las
energías de ambos se funden en una sola. Sienten el milagro de la unidad tras
cientos de años de sangre y arena… >>.
¡Feliz Navidad! ¡Un
abrazo de Luz!
<<Conócete
a ti mismo y conocerás el Universo>>.
Emi
Zanón
Escritora
y Comunicadora de la Nueva Consciencia