Además de pasármelo bien y disfrutar del esplendor visual, me encantó su mensaje. Ese mensaje de mirada humanista y filosófica dirigido a las personas que nunca pierden la esperanza, que no se rinden ante ninguna dificultad y que tienen la esperanza de que un mundo mejor es posible.
Quizá a algunas personas les resulte ñoño un final tan emotivo y conmovedor: <<Los soñadores, los positivos, los idealistas, los creadores, los imaginativos... juntos, trabajando, codo con codo, para abrir la puerta hacia un mundo mejor>>. Sin embargo, debo recordar, que conforme nos hacemos adultos vamos abandonando -por la educación racionalista y escéptica de nuestra sociedad actual- ese gran potencial ilimitado que todos atesoramos dentro cuando somos niños. Ese gran potencial de sorprendernos, de imaginar, de soñar...
El ser humano integra la dualidad: luz y oscuridad: como cuenta la leyenda de lo indios Sioux: el lobo blanco y el lobo negro en constante confrontación, y como muy bien Britt Roberston pregunta y responde en la película: <<¿Quién de los dos lobos gana? El que alimentas>>.
Ojalá que, a pesar de sus controvertidas críticas, seáis muchas personas las que decidáis verla y, además de disfrutar, decidáis alimentar la ESPERANZA.
¡Feliz semana a tod@s y enhorabuena a su director Brad Bird!
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