¡Qué tarde tan genial, nutritiva y súper interesante!
Ayer, a pesar de las inclemencias del tiempo, celebramos con gran éxito y afluencia de público la Mesa Redonda sobre Novela Histórica, dentro de las Jornadas de Narrativa organizadas por Librería LibroIdeas y Grupo editorial Sargantana.
Moderada la mesa por la reconocida librera y crítica valenciana Begoña Vidal, mis compañeros Francisco López Porcal, Francisca García, Aitor Pilán y yo entramos en un abanico de opiniones que pronto avivó la audiencia -amante de la narrativa histórica- y entramos en debates que daban para mucho y requerían de reflexión y más encuentros. Pero lo cierto es que todos disfrutamos sobremanera y se nos quedó corto el tiempo.
Una de las cuestiones que hablamos fue la que encabeza la entrada de este post: ¿Por qué leer novela histórica? Yo os voy a hablar de mi experiencia.
Soy una amante del saber, me interesa todo y tengo una gran curiosidad que me ha llevado desde siempre a estudiar, a investigar y a bucear en nuestro pasado (como especie). He leído de todo, sin embargo, mis preferencias han sido siempre los ensayos (no demasiado "sesudos") y la narrativa histórica: las biografías noveladas y las novelas, de igual modo que me he interesado por los biopics y las películas y series históricas. Y me ha interesado y me interesa mucho la historia desde el punto de vista del pensamiento, de ahí que también la filosofía sea una de mis grandes pasiones y queda reflejada en mis libros.
Si tengo que destacar algo importante con respecto a la novela histórica es que además de ser una magnífica "máquina del tiempo" que te lleva a sumergirte a voluntad en cualquier otra época y experimentar su intrahistoria -todo aquello que no figura en los textos de historia-, vivirla, sentirla, emocionarte y aprender, es que me ha hecho consciente de que si bien siglo a siglo vamos evolucionando, adaptándonos mejor al medio ambiente, desarrollando tecnología para nuestro bienestar... a pesar de los milenios que nos separan de la cultura egipcia, de Platón, de Fray Luis de León, por citar algunos ejemplos... en esencia somos siempre lo mismo: tenemos las mismas inquietudes, experimentamos las mismas emociones y sentimientos, nos seguimos haciendo las mismas preguntas ontológicas o existenciales. Ello nos dice que el Conocimiento Supremo está en cada uno de nosotros por igual. Lo llevamos impreso en nuestro ADN, como Ser Humano, tal si fuera una marca de fábrica.
Por ello, seamos de la época que seamos, todos o casi todos, en algún momento de nuestra vida hacemos viajes al pasado en busca de respuestas. En busca de la Verdad. Y, sin duda, esta búsqueda nos ayuda a conocernos cada vez mejor. Somos los herederos del pasado. Somos ahora porque fuimos. Y ese es el gran valor del pasado.
Y otra de las cosas que nos aporta la novela histórica es que nos da amplitud de miras. Nos permite cuestionar verdades teóricamente inmutables. Sabemos que todo discurso histórico es fruto de su tiempo y nos ha llegado sesgado y bajo la visión subjetiva de su autor. Por ello, la historia no muestra los hechos como realmente sucedieron. La narrativa histórica de ficción, por lo tanto, sirve para superar ciertas creencias o tópicos en la visión de la historia.
Para finalizar y estimularos a leer y amar la novela histórica (si todavía no lo habéis hecho), os diría que hay dos vertientes más o menos diferenciadas dentro de este subgénero: por un lado, estarían las novelas cuyo autor se ciñe, se apega a un personaje y su tiempo, y lo desarrolla. Por otro, estarían las novelas históricas cuyos autores, siendo rigurosos con el tiempo y respetando los personajes, dejan volar su imaginación y crean historias paralelas cuya trama puede ir desde lo romántico, lo filosófico a lo negro, por citar un ejemplo. Este último tipo de novela, esta tendencia a la hibridación de los últimos años, hace que la novela histórica sea mucho más atractiva.
Y esta hibridación es lo que vais a encontrar en mis novelas históricas editadas hasta el momento:
LAS CINCO ESTACIONES DE VIVALDI, Editorial Sargantana. Finalista del XXXVI Premio de Novela Felipe Trigo y finalista de los XL Premios de la Crítica Valenciana, 2021.
YÁMANA, TIERRA DEL FUEGO, Editorial Sargantana. 3ª edición.
SU ÚLTIMO VIAJE, Araña Editorial. Finalista del XII Premio de Novela Fernando Lara.
Por último ya, agradecer de todo corazón vuestra participación ayer y a los organizadores y maravillosos compañeros de mesa a quienes les deseo muchos éxitos. Espero que se hagan muchas Jornadas Narrativas más.
Y agradeceros la confianza que depositáis en mí, como lectores. Sin vosotros, estos proyectos estarían inacabados. ¡Gracias!
¡Un besazo de Luz enorme y muchas lecturas históricas!
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